martes, 28 de abril de 2009

Entrevista a Margarita Stolbizer

Programa: “De espectadores a actores”, Radio FM Fénix 100.3, Martínez, 

Fecha: sábado 25 de abril de 2009.

Tema: “La vida del político”

Conductores: Alejandro Field (AF) y Adriana Blasi (AB), de la Mesa Interreligiosa del Conurbano Norte de la Coalición Cívica

Entrevista a Margarita Stolbizer (30 minutos)


El archivo se puede escuchar en línea cliqueando aquí y se puede bajar cliqueando aquí

Transcripción de la grabación

AF: Creo que ya tenemos en línea a nuestra invitada de hoy, a Margarita Stolbizer. Margarita, ¿nos estás escuchando?

MS: Sí, escucho muy bien. ¿Cómo les va? Buen día.

AF: Muchas gracias. La tercera es la vencida. Es la tercera vez que intentamos, no por culpa tuya. La vez pasada, un corte de luz, acá en Martínez. Uno, si fuera sospechoso diría que es un atentado, pero no es así, no somos tan importantes todavía.

MS: [Risas]

AF: Margarita, en este programa queremos hacerte una entrevista algo distinta de lo que está habituada, porque el título que lleva el programa, “De espectadores a actores”, justamente busca hacer involucrar a personas que están viendo la cosa desde afuera, hacerles cruzar esa raya, a pasar a ser espectadores de una realidad a ser actores. El año pasado la Mesa Interreligiosa del Conurbano Norte, me acuerdo que hicimos una conferencia-debate con un católico, un protestante y un judío, y la pregunta era debatir la falta de participación de los creyentes. Y me acuerdo que el rabino Guido Cohen, que nos acompañó esa vez, dijo que el problema no es tanto de los creyentes sino de los argentinos. Los argentinos no somos de participar. ¿Cómo es tu percepción, tanto en la participación de los argentinos como de las personas que tienen un trasfondo religioso? ¿Somos de poca participación? Y, si es así, ¿qué hay que hacer, no?

MS: Yo diría que tampoco se puede plantear esto como una uniformidad en todos los tiempos, ¿no? Porque tanto desde el punto de vista político como desde el punto de vista religioso, siento que hay distintos momentos en la participación de la gente. Nosotros tuvimos una época, como fue la del ’83, en que la gente participaba masivamente. Todo eso fue decayendo. Yo siento que hoy hay un poquito, digamos, un nuevo despertar de la gente a la participación política, y esto debe tener que ver, tal vez, cuando se siente más engañada, más estafada. Empieza a encontrar la necesidad de participación, porque se da cuenta también que la posibilidad de cambiar depende de cada uno. Y en el plano de lo religioso, hay momentos en que la participación de las organizaciones religiosas también aumenta, y tiene que ver exactamente con los tiempos de preocupación, de desasosiego de la gente, que termina buscando en la iglesia, en las distintas iglesias o manifestaciones de culto, una posibilidad también por dónde canalizar, justamente, su participación. Se ve, sobre todo, ambas cosas, tanto en la política como en lo religioso, que esas tendencias a participar en esos momentos muchas veces canaliza en las iglesias, no precisamente en la iglesia católica, sino en las sedes, las asambleas estas de cultos nuevos. Y en la participación política también se ve porque la gente canaliza su voluntad de participación en organizaciones sociales, o en pequeños partidos, digamos, y va abandonando también un poco lo tradicional.

AB: Adriana Blasi se está sumando en este momento ¿Cómo te va? Buenos días.

MS: Buenos días

AB: Tengo el honor de saludarte. Es la primera vez que charlamos. Margarita, uno toma a veces los conceptos que los vecinos mismos te van tirando, ¿no?, te van acercando. Y está aquello que, bueno, cada uno que llega destruye lo que hizo el anterior. Entonces, ¿vos creés que esto también contribuye a que la gente no se sume a la política?

MS: Sí, diría que esto es malo de por sí, no sólo porque hace que la gente no se sume. Esto genera, desde luego, descreimiento. Tiene que ver, además, con la política demasiado mirándose el ombligo permanentemente. Pero también creo que la mayor dificultad está planteada por los gobernantes, esto sobre todo pensado en este tiempo. Si hay una dificultad que la Argentina viene teniendo desde hace tiempo es la falta, por un lado de ámbitos de diálogo democrático en los cuales se puedan discutir políticas de estado. Las políticas de estado son las políticas consensuadas entre distintos sectores políticos y sociales, y a las que se les garantiza sustentabilidad a través de los tiempos, ¿no? Eso es justamente pensar en aquellas políticas que trascienden a los gobiernos y que, gane quien gane, eso que se ha consensuado, eso definido como una política de estado por todos los actores políticos y sociales, se sostiene en el tiempo. Ahora, para que esto ocurra, tiene que haber, previamente, ese ámbito de diálogo y la voluntad de quienes gobiernan de convocarlo. Ustedes fíjense que cuando uno toma tal vez lo que constituye la demanda o preocupación principal de la sociedad, que es el tema de la seguridad, aquí es donde uno ve exactamente cuál es el efecto tan negativo de la falta de discusión de políticas de estado, porque justamente, y yo llevando esto al plano de la provincia de Buenos Aires, el partido justicialista gobierna hace 22 años la provincia de Buenos Aires pero, sin embargo, si una característica ha tenido su política de seguridad ha sido lo errática que ha sido. Dentro de un mismo partido han tenido más cantidad de ministros de seguridad que años de gobierno. Y esto ha hecho que tuvieran ministros de seguridad que pasaron desde Aldo Rico hasta Juampi Cafiero, para mostrar, digamos, las diferencias. En el medio hay montones. Y entre ellos mismos, del mismo partido político, arrasaban con lo que hacía el anterior. Esto ha sido una característica. Las consecuencias las pagamos porque, al no haber una política de estado en materia de seguridad, el que llega improvisa y cree que se puede resolver el problema de la seguridad llamando a un número telefónico, por ejemplo. Entonces, la verdad es que el problema grave que tenemos –cito este porque es, sin duda, el problema más importante que hoy tenemos en la provincia– y, sin embargo, no hay realmente la capacidad para atenderlo como se debe porque no hay un ámbito de discusión de políticas de estado.

AB: Y habrá un ámbito, vos creés, futuro cercano, o… porque cuando miramos al resto del mundo –cuando digo el resto del mundo hablamos de nuestros vecinos, no estoy hablando simplemente de países desarrollados–, que empiezan a tener consenso, nosotros ¿qué nos falta para dar ese paso de adolescente a adulto?

MS: [sonrisa] También en esto yo creo que de las sociedades virtuosas no salen los malos dirigentes, ¿eh? También somos el emergente de una sociedad demasiado metida en sí misma, demasiado preocupada por sus propias cuestiones individuales. En el tema de la seguridad, la reivindicación o la demanda de seguridad se ha convertido más en una demanda de protección de la propiedad privada que realmente en una demanda que tenga que ver con un valor colectivo, con la seguridad ciudadana. Entonces, creo que no lo hay por parte del gobierno, lo que ustedes dicen y yo comparto, esa cosa tan adolescente que hay. Pero lo que ocurre es que cuenta con el mandato o el voto popular, que siguen votando siempre lo mismo, pese al desastre que son. Entonces, la voluntad de cambiar, la decisión de producir un cambio, de “madurar”, en ese sentido, tiene que ser de la propia sociedad. Es decir, que no queremos seguir rehenes, lo que queremos es producir un cambio, pero un cambio en serio. Esto debería ser la aspiración. La decisión de madurar, de dar un salto cualitativo, de pensarnos de una manera distinta, insertos en un mundo que avanza y, sin embargo, nosotros vivimos siempre mirándonos hacia atrás, ¿no? Esa es una decisión que tiene que tomar la sociedad.

AF: Margarita, sí, creo que es un paso que todavía nos falta. Y doy un teléfono para los que quieran llamar. Es uno solo porque estamos usando el otro, el 4793-3510, si quieren llamar a hacer una pregunta a Margarita Stolbizer.

AF: Margarita, voy a hacer una pregunta un poco “políticamente incorrecta”, más en la Coalición Cívica que está dominada, o por lo menos hay mucha presencia de mujeres, ¿no? Yo digo, para estar en política, hay que ser muy “macho”, ¿no? Porque uno dice, uno que se empieza meter un poco, es duro hacer política, ¿no? ¿O no? ¿Cómo invitarías a la gente que dice “yo no me quiero meter en política porque es problemas, traiciones, hacerme mala sangre, que me serruchen el piso”? ¿Es así? Vos, que has sido política de muy chica –no te has metido de grande– ¿qué le dirías a la gente que está asustada y dice: “con todos los problemas que tengo, ¿me voy a meter en una cosa más?”.

MS: Claro. Primero, yo, lo único que puedo transmitir es bueno, en realidad. Y no porque no haya tenido peleas dentro de la actividad política de tantos años. Pero, primero que nada, a ninguno de nosotros nos obligan a hacer lo que hacemos y a estar donde estamos. Realmente uno está porque le gusta, como a otros les gustan otras cosas. Yo tengo vocación por la política. Desde muy chica la tuve. Decidí ingresar en la política porque leía historia cuando estaba en la escuela, así que me empecé a involucrar, y me interesó. La verdad es que soy una apasionada de la política, pero también lo hago porque siento que la política es el instrumento o el camino con el cual se pueden cambiar las cosas. Y a veces lo que me enoja es realmente cuando uno se siente con la impotencia de no poder hacer todo lo que querría, y por supuesto que hay muchísimas trabas en el medio, pero la posibilidad de cambiar está solamente desde adentro. La política está tan metida en nuestra vida cotidiana, que todas las cosas que nos pasan o que hacemos dependen de la política. Porque cuando uno atiende, digamos, sus preocupaciones principales, digamos, ¿cuál es la preocupación principal? La familia. Bueno, por lo menos que nuestros chicos vayan a la escuela y aprendan, que puedan abrirse un futuro después de salir de la escuela. Y eso es política, la verdad. Eso es política. Tener una educación mejor, de calidad, poder generar empleo, y asegurarnos el futuro. Eso depende también de la política, centralmente depende de la política.

AF: Claro, Margarita, tal vez el problema son “los políticos”. Hoy queremos tratar “la vida del político”.

MS: Bueno, pero ahí lo importante, entonces, es eso. Cuando hay una persona que cree de sí misma ser un poquito, sólo un poquito, más honesta o más capaz que otra, tiene que incorporarse a la actividad política. No significa ir y ser candidato. Pero significa incidir en la vida de los partidos para que la vida de los partidos sea mejor. Porque el lugar que uno, que cree que es un poco más honesto, un poco más capaz no lo ocupa, lo va a terminar ocupando el que es un poco menos honesto, menos capaz.

AF: Claro, Margarita, uno a veces ve gente, políticos, que han entrado con las mejores intenciones, con currículums perfectos, sin ningún prontuario, y uno los ve, no sé, dos años, cinco, diez años después, y es otra persona. No es el caso tuyo, justamente por eso queremos hablar, pero uno ve una persona vacía, una persona cínica, una persona que la única amistad que tiene es por política, que dice una cosa un día y después otra. Yo creo que eso es lo que nos está faltando. Bueno, tuvimos el otro día un despertar con el fallecimiento de Alfonsín, pero creo que está faltando eso…

MS: De todos modos, el que ingresa a la política y cambia su vida, ni que hablar el que ingresa y termina enriquecido en la política, evidentemente no era bueno.

AF: Claro, pero eso crea desconfianza, porque no tenemos mucha gente. Yo sé que hay un montón, y los mejores no aparecen, ¿no?

MS: Claro, exactamente. Ese es el problema. Yo estuve 8 años en la Cámara de Diputados, y la verdad es que es muy difícil para el que llega al Congreso trascender, ser conocido, ¿no? Sobre todo en la Cámara de Diputados, que son 257. Uno pasa a veces todo un período y hay gente con la que nunca habló siquiera, porque no se cruza en las mismas comisiones de trabajo. Y lo cierto es que es muy difícil trascender, porque todas las cámaras enfocan siempre a un grupo, digamos, que son los diputados estrella, los conocidos, y la misma sociedad que reclama renovación, cuando en las listas uno pone gente que no es conocida, dicen: “Ay, bueno, pero éste no es conocido, ¿por qué no ponen a uno más conocido?”. A mí me pasó dentro del radicalismo…

AF: Poner un cantante, por ejemplo, porque es conocido…

MS: Claro. O los políticos, digamos, que ya están de mucho tiempo, que la gente los critica pero después cuando se pone uno que no es conocido, dicen: “Ay, ¿por qué no ponen uno que sea más conocido?”. Entonces, la verdad es que mucha gente… A mí me tocó conocer muchísima gente en ese lugar como era la Cámara de Diputados, con 257 miembros, yo les diría que la mayoría de la gente muy trabajadora, que iba a sus comisiones, que presentaba proyectos, que estudiaba, que recorría, la verdad. El problema es que los únicos que trascienden y que se conocen son los pocos diputados [ ] con los que la gente después termina renegando también, ¿no?

AF: Vos podés decir… ¿Existen amistades en la política?

MS: Sí, sí, sí, sí. Claro que sí.

AF: Porque uno ve que cuando uno se mete en un área nueva aparece un montón de gente muy valiosa, que no conocía antes.

MS: A mí me tocó, incluso, durante la gestión en el Congreso, llegar a establecer relaciones de amistad, compañerismo fuerte, con gente de otros partidos, no solamente del mío. Pero, fuera de la función, yo tengo muchos años y puedo decir que tengo amigos de la política también, aunque no sea la persona con la que trabajo todos los días, pero uno va construyendo, desde la afinidad política, también va construyendo afinidades personales.

AF: Ahora, el político, ¿es bueno que el político viva 24 horas hablando y pensando y haciendo política, o tiene que tener una vida propia, un [ ] espiritual, algo, familia…?

MS: Por supuesto, por supuesto. Si no, pierde el contacto con la realidad. El político solamente metido en eso no… Miren, yo hace muchos años siempre digo, en mi caso, el cable a tierra son mis hijos, ¿no?, a los que he acompañado siempre…

AF: ¿Cuántos tenés?

MS: Tengo tres. Tres varones que hoy son adolescentes y siempre, digamos, el contacto era la escuela, cuando eran más chicos, ¿no? Y hoy es el deporte, porque los tres son deportistas, entonces yo paso los fines de semana, en la medida que puedo, con ellos, en el club, y eso me sirve, porque hablo con otra gente, con la que no hablo de política, y miro, y observo, y los demás también me miran y me observan. Y, además, trato de hacer una vida normal, porque salgo de mi casa, hago las compras, y hago la vida de una persona normal. Y eso hace que uno no pierda su cable a tierra, que no pierda uno la idea de lo que está pasando con la gente en los alrededores de uno. A mí me ha pasado, que digo esto es el síntoma de persona normal que vive en el conurbano, las dos veces que me asaltaron este año…

AF: Si, sí.

MS: Y bueno, es porque vivo como una persona normal. A los candidatos que andan con cuatro guardaespaldas seguramente que no les pasa.

AF: O en un country…

MS: Claro, exactamente.

AB: Margarita, siguiendo esta línea de análisis que estamos haciendo, porque me parece que es importante que conozcan aspectos por ahí de la vida del político que, bueno, no siempre están en una pantalla de televisión o en una nota escrita. Por ejemplo, para poder hacer frente a las presiones, a toda esa vida que tiene un costado duro, tenemos que responder a algo superior a nosotros mismos, ¿no te parece? ¿Qué sería, en tu caso?

MS: No sé, la verdad. Yo insisto con que no es tan desagradable donde uno está porque si no, no estaría. Yo hago política porque realmente tengo el incentivo en la política, todos los días, de estar trabajando por una sociedad más justa, por un mundo mejor, y la verdad, esto es lo que ayuda. El resto de las cosas no es tan, tan duro como…

AB: Sería una fuente de sabiduría, digamos, como cuando vos estás en momentos de soledad, que los debés tener, para tomar una decisión, para, no sé, hablar con otros, sobre todo para tomar decisiones, ¿cuál es tu rutina, por ejemplo? ¿Qué hacés?

MS: ¿Qué hago yo en mi vida…?

AB: Sí, tenés que tomar una decisión, que vos sabés que es trascendental, que va a trascender, donde vos vas a tener que… necesitás una fuente de sabiduría. ¿Qué hacés, digamos, salís a caminar, a pensarlo, no sé, orás, rezás, tenés alguna fuente que te inspira…?

MS: Seguramente, un poco de todo eso, seguramente, más mirar siempre… para mí es muy importante el, digamos, el tema de la familia, ¿no? Yo, cada cosa que hago la hago pensando si eso sirve para que mis hijos puedan dentro de veinte o cincuenta años valorar y tener una vida mejor. Si lo que uno hace aporta para construir algo en el buen sentido.

AB: Correcto.

MS: Eso es lo que define. Yo… y desde luego que uno lo hace en consulta, conversación, pensando, estudiando. Yo creo que todo esto tiene que ver. Cada una de esas cosas influye, desde luego, en la toma de decisiones.

AB: Es un camino de ida y vuelta, ¿no es cierto?, entre vos, tu familia y toda tu actividad. Digamos, no es una cosa aislada.

MS: No, no, no. Y permanentemente es así.

AF: Margarita, vos sos una de las tres firmantes de un proyecto de ley para declarar el 25 de noviembre Día Nacional de la Libertad Religiosa y de Conciencia, ¿no?

MS: Sí.

AF: ¿Qué hay detrás de eso? ¿Hay un peligro, o es simplemente preventivo, o es algo que te pidieron a vos? ¿Cómo fue la historia de este proyecto de ley, y en qué estado está?

MS: Bueno, no, ya hace varios años. Yo presenté eso cuando era diputada, imagínense que hace 4 años que ya no soy diputada. Fue uno de los últimos proyectos que presenté. Yo me vinculé con la gente del CALIR, el Consejo Argentino de la Libertad Religiosa, y a partir de eso trabajamos ese proyecto juntos, porque el 25 de noviembre es una fecha internacionalmente reconocida como de la libertad religiosa, y nosotros lo quisimos traer aquí, y la verdad es que hicimos en ese momento una jornada, un día de trabajo que fue excepcional, excepcional. Fue de las cosas más lindas que hice en el Congreso, que fue justamente convocar a los referentes más importantes de los distintos cultos, con quienes hablamos mucho. El enfoque tenía que ver… yo soy abogada, ¿no?... entonces yo termino haciendo el enfoque desde lo jurídico, y tenía que ver con la libertad religiosa como uno de los derechos humanos fundamentales, ¿no? y pasando siempre por el tema del respeto, porque a mí a veces me choca cuando uno escucha esta idea de la tolerancia. Tolerarse es como aguantarse, ¿no? Y, en cambio, yo creo que nosotros tenemos que avanzar en la idea del respeto hacia los derechos de los demás y, en este caso, hacia el tema de la libertad religiosa.

AF: Nuestra experiencia en lo poco que hemos recorrido en este ámbito multirreligioso, político, es que hay mucha gente trabajando, pero falta nuclear todo eso para que esa energía, ese trabajo, ese trabajo ya hecho, se trasluzca en una sociedad que necesita esos valores y ese trabajo.

MS: Claro. Tal vez uno de los momentos más duros en términos políticos institucionales que a mí me tocó fue la crisis del 2001. Y la salida de la crisis del 2001, en gran medida fue orientada por la Mesa del Diálogo Argentino, en el que la iglesia tuvo un papel fundamental, fundamental, ¿no? Yo creo que eso fue de una ayuda extraordinaria en ese momento, porque ahí se convocaron distintas mesas de trabajo, donde iban quienes tenían ideas distintas, no sólo en lo religioso, en lo político, lo social. Yo me acuerdo que estuve en la Mesa de Justicia, en la reforma política. Pero había mesas social, productiva, educación, varias cosas. Y la verdad es que ahí se hizo algo que no se volvió a hacer después en la Argentina y que es tan importante, que es encontrar un ámbito plural, plural en los distintos sentidos, ¿no?, religioso, político, social, etc., para pensar la Argentina, para pensar el tiempo que viene y cómo uno quiere que sea y para encontrar, digamos, una agenda común.

AF: Claro, o sea que hay una fuerza, coincidimos, una fuerza latente, que hay que usar, despertar, convocar, conectar la parte religiosa con lo político, romper esa barrera de desconfianza mutua, porque es mutua, cada uno piensa que el otro no tiene nada que ver con lo propio, y es todo común, ¿no?

MS: Sí, sí, sí, por supuesto.

AF: Margarita, ¿vos sos consciente que una fuerza política, y políticos que hablan desde lo moral, de lo ético, se les exige mucho más? O sea, ustedes cuando lleguen…

MS: Nosotros también nos exigimos…

AF: Está bien, está bien, pero yo veo este caso del presidente Lugo, en Paraguay. Si hubiera sido otro presidente, no hubiera pasado nada. Pero como él llega y él tiene que responder a un criterio ético elevado…

MS: Claro, claro…

AF: Y esto la gente lo percibe como un peligro. ¿Qué pasa si llega un montón de gente con principios éticos y empieza a hacer agua en cosas que por ahí a otros les tolerarían porque, bueno, son así ¿no? ¿Cómo se maneja ese peligro de que la exigencia sea mucho más alta éticamente, y cómo ustedes pueden controlar la corrupción que se les va a meter por todos lados, pero que ustedes no están de acuerdo? ¿Cómo se hace eso?

MS: Bueno, pero es que uno tiene que disciplinar con el ejemplo. El gran problema que este gobierno tiene, no sólo que está sostenido en una estructura realmente de corrupción, sino que no hay ejemplos desde arriba. Kirchner ha decidido que disciplina con la billetera y no con el ejemplo. Entonces, es imposible pedir buenas conductas hacia abajo cuando las buenas conductas no existen arriba. Entonces, lo primero para que no haya corrupción abajo no tiene que haberla arriba. Esto es una cuestión central. Nosotros llegamos con la firme convicción que realmente la ética es una parte indivisible de la actividad política. Esta es una de las banderas principales de la Coalición Cívica. Y todos nuestros miembros tienen esa absoluta convicción. Entonces, esa es la seguridad. Ahora, también es que nosotros no dependemos de las muchas exigencias hacia nosotros. Nosotros nos exigimos mucho. Nosotros creemos que tenemos que demostrar siempre, en todos los casos, que estamos por sobre esos valores de una sociedad media que desgraciadamente los últimos tiempos ha sido demasiado tolerante. Yo creo que nosotros tenemos que recuperar la capacidad de indignarnos frente a la corrupción, como frente a la pobreza extrema, que la sociedad no puede seguir tolerando muchas de las cosas que se van naturalizando cada vez más. La violación permanente a la ley, a la norma o la falta de reglas. Los Kirchner nos han llevado a tener un país sin moral, sin moral. Y esto no puede ser naturalizado por la sociedad, que realmente ve cómo arrasan con nuestro sistema institucional, cómo arrasan con las normas, y permanecer pasivamente frente a esto.

AF: El día que haya otro tipo de gobierno, medio como nos vamos a sentir raros, ¿no? No vamos a saber cómo manejar un gobierno que tiene otras pautas. Un par de preguntas para cerrar, Margarita, y te agradecemos porque tenemos cinco minutos más con vos. Este tiempo, acelerado por el gobierno, de apresuramiento electoral, ha presionado en el sentido del armado de listas, de todo eso, en el sentido que ya prácticamente no ha habido tiempo, o no sé si es la razón, para no haber internas, de toda la mecánica partidaria normal. Entonces, ustedes se han visto en la obligación de hacer alianzas, de toda una responsabilidad que les vino apurada por el tiempo.

MS: Sí, pero de todos modos no hemos dejado de cumplir con esto, ¿eh? Una aclaración en este punto…

AF: A ver…

MS: La Coalición no es un partido político. Está conformada por partidos políticos, y todos los partidos que integran la Coalición han hecho sus procesos internos para elegir sus candidatos mediante mecanismos de participación de sus afiliados, para llegar a la elección de quiénes son sus candidatos. Entonces, la semana que viene, seguramente, ya empieza esta semana, porque el martes se vence el plazo de presentación de alianzas, de acuerdos. Entonces, para llegar a eso se va a firmar un acuerdo con la ubicación que cada partido va a tener en la lista, y los partidos todos hicieron sus procesos. O sea, entonces, se sientan en la mesa y cada partido lleva sus candidatos y el acuerdo, lo único que define, es cuál es la ubicación que cada partido lleva en la lista definitiva.

AB: Margarita, vos sabés que estamos recibiendo algunas llamadas, mientras que vos estás explicando esto, que sin duda es importante, y bueno, tenemos vecinos, especialmente en la zona de San Isidro, la zona de San Fernando y demás, que tienen cierta preocupación. Y voy a esto. Es decir, tenemos acá, en San Isidro, al intendente, tenemos también en [Tigre], por ejemplo que en este momento no está ocupando su cargo, con licencia, a Sergio Massa, y demás, y entonces la gente tiene la sensación que bueno, que en algún momento se sumen, más allá de este proceso que vos estás mencionando. ¿Vos cómo contestarías a estas preguntas?

MS: Hago esta aclaración. La Coalición es el aglutinamiento de organizaciones políticas y sociales, que lo que quieren es producir un cambio en la política. Los partidos que la integran, en la provincia de Buenos Aires, hay 16 partidos que integran hoy la Coalición. Nosotros hemos hecho, ya más de un mes, la presentación. Entre esos partidos están el GEN, que es el partido que yo presido, el partido de origen e identidad radical, está el ARI, está el partido PAÍS, esta el MOVEPRO, está la Democracia Progresista, está el Encuentro Popular, está el Partido Socialista, bueno, seguro que me voy a olvidar, el Partido Laborista, bueno, son varios. Dieciséis en total. Ahora vamos en un acuerdo con el radicalismo, que no está dentro de la Coalición sino que hacemos un acuerdo con ellos. Siempre hemos manifestado nosotros la voluntad de que en la apertura de la Coalición ingresen referentes sociales. O sea, algunas personas que van a estar incluidas en nuestras listas que no vienen desde lo partidario sino que vienen en condición de extrapartidarios por haber obtenido un reconocimiento social. Así es como, en la última elección, Toti Flores, que hoy es diputado nacional, no ingresó porque perteneciera a ningún partido, sino porque reconocimos en él un liderazgo surgido de su compromiso con los movimientos sociales, con el movimiento cooperativo y demás. Entonces nosotros también vamos, al momento de hacer las listas, a incorporar en nuestras listas algunos referentes que marquen esta apertura. Ustedes saben que yo había hecho un ofrecimiento a Mario Llambías, de la Mesa de Enlace Agropecuario. Bueno, él no quiso estar, pero nosotros vamos a dejar, dentro de nuestras listas, a gente que no provenga de lo partidario, sino que provenga desde lo social. En ese sentido, es que puede haber la apertura para algún tipo de ingreso vinculado con estas cuestiones, sobre todo con lo social.

AF: Margarita, ¿entonces este tema se define este fin de semana, seguramente?

MS: Sí, sí, sí. Tal vez todos los nombres no estén, pero sí van a estar las ubicaciones, porque va a haber un acta firmada el día martes, con quienes son, digamos, las ubicaciones de cada partido, cada referente va a tener en la lista.

AF: Bueno, Margarita, te agradecemos muchísimo.

MS: No, al contrario.

AF: Vamos a tratar de grabarlo y desgrabarlo, porque hay mucha tela para cortar. Contá por supuesto con nosotros en cuanto a ser puente entre, me parece, el mundo muy rico, muy honesto, muy trabajador de la gente que está en organizaciones religiosas…

MS: Claro

AF: ... y el mundo político que necesita, y mutuamente, ¿no? Hasta yo pienso que la religión puede aprender mucho de la política, aunque me digan que estoy loco, pero…

MS: Y viceversa…

AF: Claro, el tema del consenso, del diálogo, de respetar al otro, no es malo. Se ve malo, muchas veces, porque termina en contubernios, pero creo que, como argentinos, en la etapa adolescente que decía Adriana recién, la negociación es necesaria, y no hay forma, no hay atajos, los atajos son peligrosos, y creo que en esto ustedes están trabajando bastante y queremos apoyarlos, y queremos estar trabajando, si todo este acuerdo sale bien, como todos queremos.

MS: Bueno, muchas gracias.

AF: Te mando un beso grande.

AB: Margarita, todo lo mejor para esta etapa y, bueno, estamos a tu disposición.

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